Entre las muchas cosas que se pueden hacer en Pekín, comer es una de las que puede traer mayores satisfacciones y desafíos al viajero curioso. Pekín es una ciudad con miles de restaurantes y tiendas de comida donde podremos, desde sentarnos para comer el plato más elaborado, hasta comprar algo para degustar sentados en algún lugar al aire libre o mientras paseamos por la ciudad. Y no solo tiendas, sino que muchos vendedores ambulantes complementan la oferta gastronómica de la ciudad. Aprovecharla, de un modo u otro, depende en muchos casos de la voluntad de cada uno de probar nuevos sabores o de lo escrupuloso que se sea. Independientemente de eso, se puede decir de Pekín, en general, que tiene una oferta gastronómica amplia, variada y muy económica.
La mayor parte de la gastronomía china es una combinación de elementos. Por una parte, el arroz o la pasta como base del plato -más abundante y menos sabrosa, pero esencial-, por otra la carne, pescado o marisco -la esencia- y, finalmente, las verduras que lo complementan. Los tres elementos pueden aparecer combinados en el mismo plato o faltar alguno de ellos, aunque en los platos que la comida no lleva arroz, los camareros siempre suelen ofrecerlo.
El pato asado al estilo de Pekín, además de una de las excepciones, es el plato típico de la ciudad. Se prepara asando un pato, cortándolo en láminas pequeñas y presentándolo en la mesa con cebollinos y pepinos cortados en pequeños listones, junto con una finísima capa de masa al estilo de un crepe. Se come combinando al gusto del comensal el pato, las verduras y la salsa y enrollándolo posteriormente en el crepe. No obstante, esta es una delicatessen de la que dispondrán sólo pocos restaurantes, aunque no importa mucho en un país con una gastronomía tan extensa. El té también es muy típico, y en bastantes restaurantes se ponen teteras en todas las mesas a disposición del comensal.
Hay, no obstante, algunas limitaciones a la hora de elegir o comer en un restaurante. En muchos casos, los más modestos, que son aquellos también que tienen la comida más auténtica en muchos casos, se convierten en inaccesibles, ya que el idioma hace imposible la comunicación: los menús de las paredes están escritos en chino y los dependientes no son capaces de comunicarse en inglés. La comunicación es, entonces, imposible.
Puestos callejeros
Sin embargo, esto juega a favor de los vendedores callejeros de comida, que son legión en Pekín, sobre todo a la hora de la cena. La especialidad de la comida callejera de la ciudad son las brochetas. En miles de rincones y esquinas de la ciudad, sobre todo dentro de los hutongs o barrios más antiguos, aparecen personas con un pequeño horno de brasas sobre el que pone brochetas de todo tipo a un precio ridículo. La mayor parte de las brochetas son de carne de ternera, cerdo, pollo, tofu, sepia o calamares, aunque dependiendo de cada vendedor puede haber otros productos como vegetales o frutas y- ya en los puestos más establecidos de los mercadillos nocturnos- se pueden encontrar brochetas más curiosas con bocados como escorpiones, estrellas de maro o gusanos. Es una magnífica forma de tener una cena ligera y la comunicación con el vendedor es muy fácil: se señala, se pregunta el precio con los dedos y se compra.
Dependiendo de la hora del día, los vendedores callejeros y las tiendas que venden comida para llevar cambian también los productos. Por la mañana se pueden encontrar pequeños bollos con sésamo y otro panes pequeños rellenos de verduras o, incluso, con carne. Para los golosos, hay un dulce con forma de trenza, granos de sésamo por encima y sabor y consistencia parecidas a las de una rosquilla y, en el equivalente a las tiendas de ultramarinos y algunos puestos callejeros se vende un inconfundible yogur batido en pequeños vasos de barro. Aparte de eso, la fruta es muy abundante y frecuente.
Nivel medio y mercados
Junto a los restaurantes más populares, hay zonas con restaurantes medios en las que se puede comer muy cómodamente. Es difícil recomendar un establecimiento en concreto, ya que al estar rotulados en chino la mayor parte de ellos, resulta casi imposible retener el nombre. No obstante, es mejor hablar de zonas que de restaurantes en particular. Mi favorita, en un barrio tranquilo y bien comunicado, es Dongzhimen Inner Street, que recorre el tramo entre las estaciones de metro de Dongzhimen y Beixinqiao. Esta calle está abarrotada de restaurantes de nivel medio, bien decorados, con comida fiable, menús impresos con fotografías y en otros idiomas, platos bien presentados y a un precio muy razonable. Aunque no se cene en ella, es muy interesante para pasear por la noche, ya que muchos establecimientos cuelgan en su entrada decenas de farolillos rojos, dando mucho colorido a la calle.
También en las proximidades de zonas más comerciales como Wangfujing, pueden encontrarse restaurantes de un estándar medio y calidad aceptable. Incluso, en esta zona se puede encontrar las versiones de más alta calidad de los vendedores callejeros de brochetas. En el mercadillo callejero de Wangfujing, animadísimo para compras, hay una importante presencia gastronómica de las brochetas y los pequeños pinchos, con una gran variedad de sabores. Aparte de los ya tradicionales de carne, tofu o sepia, es aquí donde se pueden encontrar los ya citados de escorpiones vivos, caballitos y estrellas de mar o gusanos. La calidad y el tamaño parecen mejores que en los puestos callejeros, pero es verdad que el precio -aun siendo irrisorio- también es algo más elevado.
Para este tipo de pequeñas cenas sobre la marcha, recomiendo especialmente un paseo por el mercado nocturno de Donghuamen, no lejos de la zona comercial de la calle Wangfujing y dedicado íntegramente a comida, de un modo mucho más ordenado que otros mercados callejeros. Aquí no se ofrecen únicamente brochetas, sino también otros platos para llevar. La calidad es mayor, así como el precio, pero no se puede decir que sea agobiante para comer como otros mercados nocturnos.
Dicho esto, y vistos ya algunos consejos para restaurantes y comidas de estándar bajo o medio, mejor hacer un inciso que a partir de aquí no será necesario. Para quien sea muy escrupuloso con la comida o la limpieza, las autoridades de Pekín califican los locales de comidas. La verdad es que muchos de ellos no exhiben su calificación, pero -para los que la exhiben- es una buena referencia saber que se trata de un póster de fondo azul con una letra -A, B, C o D- dentro de un círculo en color rojo.
Restaurantes de nivel alto
Finalmente, hay que hablar de una serie de restaurantes de gama alta, muchos de los cuales están demasiado dirigidos al público turista y, también, centrados en el pato al estilo de Pekín, plato típico de la ciudad. De este tipo sí se pueden dar referencias, como Qianmen Quanjude Roast Duck Restaurant, cerca del metro de Qianmen y la Plaza de Tiananmen, o Beijing Dadong Roast Duck Restaurant, en la zona de Chaoyang.
Otras alternativas del segmento alto, no necesariamente ligadas al pato, son el buffet vegetariano del restaurante Yu Xiang Zhai, situado frente al Templo de Confucio y a unos 50 metros del Templo de los Lamas; los restaurantes que bordean los lagos Houhai y Qianhai y, como experiencia digna de destacar, el fantástico y lujoso restaurante Fangshan, situado dentro del Parque de Beihai.