Pekín es una ciudad que vive una rapidísima evolución y ha cambiado muchísimo en los últimos años, como bien seguro lo seguirá haciendo en las próximas décadas.
Probablemente, una de las características que mas sorprendan a quien hace turismo en Pekín es cómo la cara mas histórica de la ciudad se mezcla con amplias calles, de cuyos lados pueden salir entradas a decenas de hutongs, los típicos laberintos de callejuelas estrechas, con casas bajas y escasos servicios comunes, que son, por decirlo de alguna manera, la cara mas sucia de la ciudad, pero -al mismo tiempo- una de las estampas que mas impresionaran al visitante.
Es una ciudad inmensa, que en estos momentos cuenta con una población de más de 17 millones de personas. La parte que se puede considerar central, aquella en la que se concentran la mayor parte de los monumentos y la vida de la ciudad (y en la que nos moveremos principalmente al hacer turismo en Pekín), viene determinada por la segunda carretera de circunvalación que, en su mayor parte, coincide con el recorrido de la línea circular de metro, la numero 2. Se trata de un espacio de aproximadamente cinco kilómetros de norte a sur y seis de este a oeste, en el que se engloban buena parte de los lugares de interés de la ciudad.
La Plaza de Tiananmen: El punto de referencia
El punto que funciona como centro de la vida de Pekín es la Plaza de Tiananmen.
Aparte de ser conocida fuera del país como el lugar donde se reprimió sangrientamente la revuelta estudiantil de 1989, su Puerta de la Paz Celestial, con su retrato de Mao Tse Tung, es uno de los símbolos más universales, no solo de la ciudad, sino de toda China. La puerta sirve como acceso por el sur a la Ciudad Prohibida y como límite a una enorme explanada de cemento rodeada por el Mausoleo de Mao, El Museo Nacional y otros edificios oficiales.
Vista de la entrada a la Ciudad Prohibida desde la Plaza de Tiananmen.
La Plaza es siempre un hervidero de gente -tanto quienes van a Pekín por turismo, como de ciudadanos locales-, aunque en especial cuando se realiza la ceremonia de la bajada de la bandera central por la tarde.
De la Plaza sale también Donchangang Jie, una de las calles más lujosas de la ciudad, donde pueden encontrarse los comercios de las primeras marcas mundiales, especialmente una vez pasada la parada de metro de Wangfujing y su animada calle peatonal y comercial. Mas al este de esta zona, donde también son numerosos los grandes hoteles, aparece una zona de centros comerciales y avenidas.
Volviendo a la Plaza de Tiananmen, al norte se extiende la Ciudad Prohibida, sin duda, la zona monumental más frecuentada de entre las muchas que ver en Pekín, que acoge cada año a miles de turistas por la arquitectura típica de sus cuidados pabellones y la historia que han protagonizado todos ellos. Además de la obligada visita a su interior, el cercano parque de Jingshan ofrece una maravillosa perspectiva de la misma desde las alturas, al tiempo que una buena oportunidad para relajarse en sus cuidados jardines.
Pekín, ciudad de parques
No es el único parque del centro de Pekín que merece atención. Al oeste de la Ciudad Perdida hay una serie de lagos y jardines muy agradables para visitar.
El Parque Beihai, con su pagoda blanca, es el mas representativo de ellos, pero los lagos Qianhai y Houhai, con sus paseos en barca y sus orillas repletas de bares y restaurantes, permitirán al visitante de Pekín tomar un respiro o pasar una velada agradable en un entorno tranquilo y privilegiado.
Los lagos Qianhai y Houhai ofrecen una buena oportunidad para relajarse del bullicio del turismo en Pekín.
No lejos de ellos, se alzan las Torres del Tambor y de la Campana, desde donde se tienen muy buenas vistas de los hutongs de la zona.
Aunque estos son los parques más céntricos, hay que destacar otros dos parques que destacan por su belleza y tranquilidad. En el norte de la ciudad, está también el recinto del Palacio de Verano con una importante vegetación y un enorme lago, además de toda la riqueza histórica y arquitectónica que ofrecen los edificios que alberga.
Por su parte, el sur de Pekín acoge el Parque del Templo del Cielo. El Templo es conocido por su pagoda circular, pero el parque que lo rodea es un punto de reunión para los ciudadanos chinos que se juntan allí para cantar o conversar y un auténtico remanso de tranquilidad.
Los hutongs de Pekín: Turismo en los barrios tradicionales
Los hutongs son una de las señas de identidad de Pekín. Son pequeñas zonas de callejones estrechos, de difícil acceso para los vehículos, con casas bajas que, por lo general, carecen de servicios básicos. Es verdad que la gran parte de los hutongs de Pekín están muy por debajo del estándar occidental de limpieza y conservación, pero algunos de ellos mas cercanos a zonas turísticas o pintorescas se han transformado en reductos para pequeñas tiendas de recuerdos o bares y tiendas modernas.
Los hutongs de Pekín no dejan a nadie indiferente. Puede ser que salgan de ellos rechazándolos de pleno, por su suciedad, su excesivo movimiento y la escasa salubridad de la comida que se vende en ellos; o puede ser que les encante tanto su autenticidad que abandonen las calles principales de la ciudad en cuando tengan ocasión para perderse por algún hutong que discurra paralelo a ellas.
Vendedora de comida ambulante en un hutong de Pekín.
Sea como sea, los hutongs de Pekín tienen una vida comercial y gastronómica -por llamar de alguna manera a la enorme cantidad de pequeñas tiendas de comida que preparan platos para comer en la calle o para llevar- muy interesante y nadie debería irse de la ciudad sin conocer, al menos, uno de ellos.
Comprar y comer en Pekín
Pekín es una ciudad con un espíritu altamente comercial, sin duda alguna. Decenas de miles de tiendas salpican sus calles, construidas de tal manera que el publico puede acceder a primera vista a lo que hay en ellas. Entre ellas, muchísimos restaurantes y tiendas de comida, formales o informales, en los que comprar o degustar platos típicos de la rica gastronomía de Pekín por precios muy razonables.
Ir de turismo a Pekín es sinónimo de ir de compras también a los famosos mercados de la Seda y de la Perla, donde se apiñan puestos en los que se venden todo tipo de artículos, la mayor parte de ellos copias ilegales de primeras marcas, y en el que el regateo no es que este a la orden del día, sino que es una autentica obligación.
El turista que viaje a Pekín disfrutara sumergiéndose en los contrastes de los diferentes barrios y moviéndose por la ciudad, además de visitando otros lugares de interés puntuales que salpican la ciudad. El Templo de los Lamas, o la antigua Academia Militar o la Zona Olímpica son lugares que bien merecen una visita.
En la sección qué ver en Pekín haremos un repaso de los principales lugares de interés a la hora de hacer turismo en Pekín.
