La Gran Muralla China, aparte de ser uno de los monumentos más conocidos del Mundo, es la excursión cercana a Pekín más accesible y frecuente para los turistas. Para quien visite la ciudad y tenga algo de tiempo para moverse por los alrededores es una visita totalmente imprescindible. No tanto por lo que uno se va a encontrar allí, que al fin y al cabo no es más que una muralla; sino por la impresión que da estar en un lugar mítico y la visión de varios kilómetros de muralla y torres de vigilancia serpenteando por las montañas.
Desde Pekín hay diferentes posibilidades de visitar tramos de la Gran Muralla, dependiendo del tipo de recorrido que se quiera hacer. Por una parte, la gran zona turística es la de Badaling -muy bien restaurada, muy accesible, pero atestada de visitantes-; pero quien tenga ganas de caminar por montaña y hacer senderismo en los alrededores podrá buscar también posibilidades en Simatai o Huanghua.
Te puede interesar: Tour de un día desde Pekín: Gran Muralla China en Badaling y Tumbas MingSuponiendo que no queremos complicarnos mucho la vida para visitar la Gran Muralla, tomemos como referencia principal el tramo de Badaling. Para visitarlo, hay que llegar a una explanada de aparcamiento en la parte inferior de la montaña -no tiene pérdida, simplemente hay que buscar los puestos de los vendedores de recuerdos-, y desde allí, cuidando que nadie ejercite el deporte nacional de saltarse la cola, tomar el teleférico hasta la zona de la muralla. El viaje dura poco más de tres minutos, pero nos permite tener una primera impresión de la zona. Llaman mucho la atención la cantidad de colinas y pequeñas montañas en las que está enclavada la muralla, el desnivel que tienen y la abundancia de vegetación de la zona, que hace que la visita a la muralla sirva también para contemplar paisajes bastante bellos.
Una vez en lo alto de la colina, desde la salida del teléferico hay aproximadamente unos cien metros de camino hasta el comienzo de la muralla. Precisamente, en la zona de entrada de la muralla es donde hay siempre una mayor aglomeración de visitantes, por lo que es mejor intentar alejarse un poco de ella para disfrutar de las vistas. Desde esa entrada, puede caminarse algunos cientos de metros por la muralla, aunque, la verdad, las vistas no diferirán mucho de las que se tienen a la entrada. Ojo, eso sí, al caminar por la muralla. La zona de Badaling está muy bien conservada, pero los propios desniveles de la muralla son enormes. Hay zonas con escaleras y otras que- aunque no las tengan- tienen rampas con importantes desniveles. Es importante que el calzado sea cómodo, evitar los tacones y las suelas que no se agarren bien al suelo y, si ha llovido y si el suelo está resbaladizo, tener muchísimo cuidado a los posibles resbalones.
Para llegar a Badaling, hay diversas opciones. Quien quiera tener el viaje más o menos planificado, puede acudir a Beijing Hub of Tour Dispatch -una empresa pública con estación y terminal de autobuses en el extremo sur de la Plaza de Tiananmen-, de donde cada mañana salen, cada pocos minutos, excursiones a la Gran Muralla, combinándolos o no con las Tumbas Ming -de las que hablaremos posteriormente-. Dependiendo de la afluencia de público, ofrecen algunas excursiones con guía en inglés, pero lo más normal es ser el único occidental del autobús. Se puede preguntar. El precio está entre 100 y 160 yuanes, incluyendo entradas -pero no el teleférico-, dependiendo si se visitan o no las Tumbas Ming.
Se puede acudir también a otras agencias de viajes que disponen de viajes y excursiones con guías en inglés, pero son algo más caras. La mayor parte de los hoteles pueden ofrecer este servicio.
Quien lleva algo más de tiempo en Pekín suele conocer a algún chófer o taxista que pueda conducirte a la zona y ajustarse a tu ritmo durante todo el día. Si conoces a alguien en la ciudad, pregúntale. Es realmente cómodo tener a un taxista que te recoja donde y como quieras y no tener que andar dependiendo de excursiones con horarios concretos. El precio dependerá de la capacidad de negociar y la confianza que se tenga con él, pero resultará muy interesante cuando viajen grupos de tres o más personas.
Finalmente, quien quiera ir por su cuenta también puede hacerlo. El autobús verde número 911 desde la Puerta de Deshengmen, cerca del metro Jishuitan -línea 2-, le dejará muy cerca de la muralla por un precio muy reducido. Hay bastante frecuencia, pero, ojo, el último autobús regresa alrededor e las 18:30 horas, por lo que no se debe apurar hasta el último minuto.
Las Tumbas Ming
La verdad es que la mayor parte de los españoles que he conocido que han visitado las Tumbas Ming las han encontrado bastante decepcionantes, pero no están lejos de la Gran Muralla y se pueden visitar las dos en un día. Se trata de una serie de tumbas donde están enterrados los emperadores de la Dinastía Ming. Tres de ellas, situadas en lugares diferentes, pueden ser visitadas. En realidad, su máximo atractivo es tener galerías subterráneas con una serie de lápidas y tumbas en su interior. Quizá lo más interesante de ellas sean los museos que están situados junto a ellas.