– Lleva siempre contigo un bolígrafo y papel. La barrera idiomática es difícil y siempre es de mucha utilidad apuntarse, al menos, la dirección del hotel en el caso de que haya que pedirle a un taxista que vaya. También a la hora de intentar comunicarse con los locales sobre horas, precios y otras cosas que puedan ser explicables sobre el papel. En el regateo, el vendedor suele tener a su lado una calculadora sobre la que se teclea, por lo que no será un grave problema.
– Las distancias en Pekín son enormes. Ojo con fiarse de lo que en el plano puede parecer cerca, porque el plano no deja evidenciar la verdadera distancia entre los puntos de la ciudad. Siempre que sea posible, el metro es la mejor opción para moverse por la ciudad: barato, rápido, sin atascos, cómodo, limpio y rotulado en ingles. Los taxistas son bastante fiables y baratos, siempre que entiendan la dirección a la que se quiere ir. Por ello, mejor llevarla escrita en un papel en caracteres chinos.
– Para alojarse para una estancia corta, hay varias opciones de localización. No obstante, puede considerarse céntrico toda aquella zona comprendida dentro del perímetro de la línea 2 de metro, la circular.
– El tiempo es extremo, con veranos muy calurosos y húmedos e inviernos gélidos. La contaminación hace, además, que en verano no sea raro que se levanten los días oscuros por la bruma y la contaminación. Si se van a visitar monumentos con buenas vistas desde lo alto y se dispone de tiempo, mejor esperar a los días mas despejados.
– Las estaciones de tren de la ciudad son un autentico hervidero de gente a todas horas del día pero, si es posible, lo mejor es intentar evitar las primeras horas de la mañana y las ultimas de la tarde y primeras de la noche, que es cuando sale un mayor numero de trenes. Si encuentras una agencia que te ofrezca el mismo billete con un recargo no excesivamente elevado, no dudes en comprarlo antes que perder parte de tu tiempo en la estación para comprarlo.
– El trafico no es el mas civilizado del mundo, pero se respeta relativamente al peatón. Eso si, las bicicletas y motocicletas no respetan semáforos ni pasos de cebra. Los atascos en la ciudad son importantes, por lo que se recomienda salir con bastante tiempo de antelación en el caso de eventos importantes.
– Aunque hay bastantes restaurantes turísticos, para conocer la autentica gastronomía de Pekín y, además, mas barata, lo mejor es elegir entre los miles de restaurantes que ofrece la ciudad. No obstante en muchos de ellos no será fácil comunicarse. Para ello, se recomienda buscar restaurantes con fotografías de los platos impresas en el menú. Cada vez hay mas que añaden una traducción al ingles, así, cuando venga el camarero, entenderá simplemente con que le señalemos la imagen del plato deseado.
– La barrera idiomática es muy importante. Hay jóvenes que chapurrean algo de ingles y ayudan en las traducciones o intentan entablar conversación sin ningún tipo de malas intenciones. La gente, por lo general, es amable. Eso si, hay una excepción: en la zona de la Plaza de Tiananmen, junto a la Puerta que da acceso a la ciudad prohibida, aparecen muchos jóvenes que hablan ingles y entablan conversación alegando que algún monumento esta cerrado o que se puede visitar algo mejor. Por lo general, acaban llevándote a pequeñas galerías de arte donde intentaran venderte alguna pintura.
– Los mercados de la Seda y la Perla son una visita obligada, pero no es el mejor sitio para quien va a mirar sin que le agobien los vendedores. Hay que regatear con cierta estrategia, porque los vendedores ponen un primer precio excesivamente alto: mostrar desinterés, plantarse en un precio, amenazar con abandonar el regateo… Personalmente, aconsejo colocarse cerca de alguien que este regateando para ver el sistema antes de empezar con las compras. Por cierto, el primer precio que da el vendedor puede estar hinchado casi 10 veces, dependiendo del artículo, por lo que no hay que creerse que hay que llegar a una cifra final cercana a la mitad de las primeras ofertas. Pon precios ridículamente bajos al principio de la negociación.
– Para la ropa de “usar y tirar” o para cubrir una emergencia o necesidad puntual, es mejor no acudir al Mercado de la Seda. En algunas cadenas chinas de moda tendrán mejores precios que los que se puedan sacar en el regateo. Otra cosa es que el estilo de vestir de los chinos no sea precisamente el más acorde con el gusto occidental, pero para una urgencia…
– Para el dinero, lo mejor es -si se puede- tirar de tarjeta de crédito y cajero automático. No hay muchos, pero sí suficientes y, sobre todo, en los lugares turísticos o de paso frecuente de turistas (aeropuertos, mercados…).
– Cerca de un diez por ciento de los portales de Internet están bloqueados por los filtros de la censura. Esto incluye a la gran mayoría de los blogs de WordPress y Blogger y a portales más consolidados, entre los que están Facebook y YouTube, como principales ejemplos. No cuentes con utilizar ninguna de estas aplicaciones mientras estés en China, aunque otras como Hotmail, Gmail o Skype funcionan correctamente.